sábado, 31 de octubre de 2009

Hay dos agujeros paralelos en frente de mis ojos sobre el camino de adelante, cruzándolo.
se convierten en hojas secas,
atrás,
el mar inmóvil.

Ya no existe el ruido de la naturaleza,
nunca mas lo escucharemos,
silencio absoluto, un extraño para mi.
Todo lo opacan.

Y el preso de su amo le charla al sinónimo de la libertad, de su misma especie.

Y los pasos ligeros de un animal se alejan.

Tiempo desfasado el que vivimos.

Y los glóbulos festejan al árbol que hace tiempo viene creciendo frente a su descanso, bajo su flequillo el mate matinal.

Y algunos se ahogan , duermen

Y yo abierta. Resucito y muero.

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