miércoles, 14 de abril de 2010

Camina por el costado de la casa, esa que por las noches es mas que un botín, camina lentamente y escucha la fragilidad de los árboles que con la lluvia refrescan la noche.
Y cuando llega el día sus ojos que por largas horas velaron por su amo, por fin protegen su alma.

Y cansado y triste avanza en su sueño.

Su pelo esta más brillante que nunca, sus ojos tiernos vuelven a ser. Liviano se siente, casi volando, levita su cuerpo.
Y entra esa maldita luz que despierta su pesar.
Su mirar, su poluto mirar. finge y desfinge. ama y se pierde. llora y grita con la o todo su dolor que entre sus pocas fuerzas guarda.

Y todo lo que fue esta en el abismo de volver a serlo, la razón vive en su esencia perruna.

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