viernes, 6 de noviembre de 2009

Esa rebelde burbuja que hay en tu cerebro,
Esa repisa amurada que tenes en tus ojos,
Solo cuando dormís,
Solo cuando queres.
Me gustaba tanto la sonrisa matinal.
Abriendo las mantas y saliendo de a poco.
Fuego que me quema, del hielo saliste. En mi espalada bajo mis amplias espuelas. Ahí todavía te siento, rememorando remordimientos.

Y mi cráneo te siente también, mis brazos te extrañan.
Y esa palabra, que dejaste sin tejer, ya esta lejos.
Y ese llanto que despierta mi nube.
Es semilla de tu afán mundano.

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